Oriana Marín
Portfolio
Barcos de Papel

El barco de papel siempre ha sido un objeto de mi interés. Aunque es un objeto que ya ha sido utilizado mucho anteriormente, me preocupé por investigar acerca de éste. Lo tomé como representación de la infancia, la inocencia de un niño y, poco a poco se fue transformando en un elemento con vida propia. Es producto de un oficio despreocupado y a veces distraído, sirve de juguete si está bien construido.

Empecé a hacer series de barquitos de papel más pequeños de lo común. Aproximadamente un centímetro y medio de punta a punta. Con todo tipo de material que hiciera posible su construcción: diversos papeles, plásticos, láminas de aluminio, lija, envolturas de dulces. Los almacené en tarros transparentes. Cada uno tenía una peculiaridad, una personalidad. Crearlos se convirtió en hábito. Tener tantos era como tener muchos personajes. Hice un video en stop motion, en el cual los únicos dos barcos que se encuentran y danzan juntos son los que menos sobresalen: el negro y el transparente. Pasan desapercibidos en aquel mar lleno de color.

Después, con papeles muy delgados que permiten ser doblados más fácilmente, hice barcos de tres a cuatro milímetros. Este tamaño significaba cercanía, intimidad. Por otro lado, eran objetos muy frágiles, podían desaparecer, literalmente, con un soplo. Así que, buscando esa intimidad con ellos, los resguardé en un pequeño hábitat que cabe en el bolsillo. Están pues en aquellos objetos llamados “telescopios” que no se refiere a los instrumentos para ver las estrellas sino a pequeños y personales dispositivos para ver fotos en diapositiva, mares de bolsillo.

Luego de llegar al límite de lo pequeño, me pregunté si sería posible hacer uno en donde cupiera un cuerpo humano, el mío. Construí entonces un barco de cartón corrugado de 3 metros de punta a punta. Era bastante frágil y aparatoso. Se le dificultaba estar en un lugar por su tamaño. Un objeto que está destinado a ser utilizado en el agua, o por lo menos, en un espacio amplio, se encuentra en un salón, encerrado, con bastantes limitaciones para su movimiento. Se convierte en un ser torpe, atrapado en un espacio claustrofóbico para su tamaño y movilidad. Luego de hacer varios intentos para moverse en el lugar, el barco termina por destruirse. Como registro de su movimiento y de su existencia solo está un video sin cortes ni edición que dura 7.07 minutos donde se evidencia esa torpeza y desesperación del objeto.
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